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martes, 3 de abril de 2012

Bonitos días Lluviosos!!

Hay días bonitos, y otros no tantos... Hay días en los que brilla el sol y otros llenos de nubes grises... Los que nos aburren, los que no nos gustan. Y otras días cuando descorremos las cortinas al levantarnos, descubrimos que esta lloviendo, que las calles están mojadas. Días lluviosos. Quizas no seán ni bonitos, ni feos, si no desconcertantes... No sabes que ponerte... Querías llevar tus mocasines marrones de ante, pero pueden estropearse, pero tampoco te apetece ponerte tus botas Hunter, porque ya esta llegando el buen tiempo, y entonces todo se vuelve un poco descrontrol...
Total que despues de estar un rato mirando el armario, consigues vestirte decentemente, aunque sin ganas, y como broche final decides ponerte tu gabardina burdeos, que te dara un toque mas chic, aunque caigan algunas gotas por tu pelo haciendole perder esa bonita forma que tenía antes de salir de casa.


Pasas la mañana, en clase, en las prácticas o en el trabajo. Y todo transcurre con normalidad. Estás entretenida pero miras por la venta y ves que sigue lloviendo sin parar. Te sientes cómoda haciendo tus cosas, pues sabes que estas resguardada. Pero llega la hora de volver a la calle. De volver a coger tu paraguas, y de enfrentarte a las gotitas que nos caén desde el cielo.












Son las 6 de la tarde. Llegas a casa dejas tus cosas, y te sientas en el sofa, mientras que esperas que él venga a buscarte. Suena el tiembre. Quien es? Yoooooo! Bajas? Voy!
Vuelves a ponerte los zapatos, la gabardina y coges de nuevo el paraguas. Hoy es el segundo día que lo utilizas. Es azul marino y lleva puntitos blancos, y un pequeño volante bordeándolo. Te encanta. No sabes porque exactamente, pero te gusto mucho en cuanto lo viste en la tienda. Quizá en Zara?

Bajas a la calle, y ahi afuera esperándote y calándose de agua está él. Porque los chicos no utilizan paraguas. ¿Se creeran que metiendo el cuello por dentro del abrigo dejarán de mojarse? En fins... Pero para eso estamos nosotras. Abres tu paraguas y le dices que se meta debajo mientras le das un beso. El coge tu paraguas, y te dice donde vamos? Y tu le contestas: Necesito ir a la farmacia a por una crema. Y así cogidos de la mano, muy cerca el uno del otro, os dirigís a la farmacia.
De repente el, con el paraguas en la mano, empieza a hacer el tonto... Y de repente el paraguas se caé al suelo. Y cuando quieres recogerlo te das cuenta de que se ha roto un poquito por el mango. No puede ser! Tu paraguas nuevo! Quieres matarlo en ese momento. Pero solo te enfadas. Le miras mal y te enfadas. El se siente fatal, te dice que lo siente mucho que te comprará uno nuevo...




Llegaís a la farmacia... El se queda fuera mientras tu pasas a comprar tu crema. Cuando sales, todavía te dura el enfado. Es una tontería, lo sabes pero no puedes evitar enfadarte. El se acerca a ti, abre el paraguas para que te metas debajo. Pero ya no quieres ir debajo del paraguas, ya te da igual que la lluvia te moje. Quieres mojarte. Comienzas a andar, mojándote como una idiota, porque eres cabezota, y quieres ganar esta batalla. De repente el cierra también el paraguas. El no lo necesita. Caminaís los dos uno al lado del otro, mojados, con el paraguas cerrado en la mano. Correís por un paso de cebra porque vienen coches, porque el semáforo no está en verde. Os paraís. Os reís. Os miraís. Y no podeís evitar besaros... El porque? Ninguno de los dos lo sabe. Solo se sienten felices...


¿Cuando quieres que vuelva a llover?

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